Dios

Durante mi infancia la imagen del Dios Todopoderoso era una imagen abstracta que habían puesto en mi corazón. El paso de los años cambió ese erronéo concepto que tenía de "Esa Presencia Universal".
Algunos lo ven simplemente como un "ser"; como la necesidad de creer en algo más allá de nosotros mismos; como el recurso para culpar a otro de lo que te pasa o simplemente la razón de burlarse de aquellos que Lo seguimos. En mi concepción de la grandeza de Dios, es casi imposible no creer en Su existencia. A medida que los días avanzan y todo se vuelve cotidiano, lo único que no cambia es mi Fe y lo que eso produce en mi corazón y en mi cabeza es la sensación de una gran satisfacción.
Hoy, mirando con detención cada día de mi vida (o de esos que me acuerdo), me he dado cuenta que he caminado con Cristo al lado y muchas veces sin notar su presencia, pero ahora estoy segura que Él me ha acompañado.