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mercredi, décembre 10, 2008

Llanto Blanco


Sentía la debilidad del frío entrando por los lugares recondintos hacía su interior. Todo estaba oscuro durante un medio día que se prolongaba como un atardecer. Sin más ni más, comenzaron las lagrimas...lagrimas que se fueron congelando y llenando de un blanco intenso que pronto desaparecería. El paso era lento,pero el llanto era casi un canto: meliodoso, dulce y ambientaba el rito de aquel día gris.
La oscuridad que se posaba en el ambiente, no debilitaba nada, no cambiaba nada, sólo modificaba ese corazón infantil del que muchos se burlaron por sentirse abrigada con el viento.
Las lagrimas vistieron las calles, los puentes, rieles...todo. Todo estaba tranquilo, todo parecia una pequeña imagen en movimiento. Era emoción de la pura, de esa que ya todos habían olvidado. Naturalmente, también había notado que las cosas pasajeras no se unian, que todo pasaba por el costado sin si quiera ser visto, pero esa caída copiosa de grandes y dulces gotas se apodero de los sentimientos más profundos y desconocidos que alguna vez alguien sintió.
No era extraordinario, pero así se sentía. La diferencia de un llanto de emociones grandes y nuevas. Todo lo que otros ignoraron.

1 Pensées:

Anonyme a dit…

Ah Lilita, yo creo que Francia te pegó todo su aire a poeta, todo su mar de sentimentalismo y te quedaste como una bailarina en la punta de la Eiffel, tomando café mientras escribes sin pensar, porque te sale solo.
Me alegro, es bueno y bello y rico.
Me alegro también que podamos vernos pronto, según supe andarás por Chile.
Ojalá sepa pronto de ti, muchos besos y abrazos.
Nata.